Entrevista del equipo de Clinkky al Dr. Ariel Gold

-Como psiquiatra de niños y adolescentes ¿cómo entiende Ud. el tema del ahorro en los jóvenes?
Uno de los ejes fundamentales en la capacidad de convivir es el llamado “sistema de autorregulación de la conducta”. Se trata de una serie de funciones neurobiológicas que si bien dependen, en su inicio, de factores congénitos, están muy influidas en su desarrollo por aspectos ambientales, fundamentalmente vinculares.

-¿Y cómo funciona este sistema de autorregulación de la conducta?
La conformación de un sistema de autorregulación adecuado depende del desarrollo de complejos circuitos neuronales. Esos circuitos harán posible que el niño se haga dueño de sus conductas y que no sea necesariamente guiado por sus impulsos o emociones profundas.

-¿Cómo incide ese sistema de autorregulación en la vida cotidiana?
La ventaja de un buen sistema de autorregulación es en la práctica mejorar la eficiencia en tareas que requieren parar, pensar y después actuar. Pero también es fundamental a la hora de vincularse con otros. De modo que un niño autorregulado tiene mayor posibilidad de logros sociales y académicos. Y todo esto contribuye en su percepción de competencia y de auto valía, pilares fundamentales de la autoestima.

-¿Y qué implica?
Tener un buen sistema de autorregulación desde el punto de vista neurobiológico implica que el cerebro ha aprendido, o va aprendiendo, tres funciones fundamentales que tiene en común la palabra control: el control de espera, el control de impulsos y el control de interferencias.

-¿Cómo podemos ayudar los adultos para que este sistema se desarrolle de forma eficaz?
Para que este sistema de autorregulación se desarrolle de manera adecuada es necesaria una cierta indemnidad biológica, sobre la que actuarán los padres fundamentalmente. Pero también los educadores y docentes apoyarán. El sistema de autorregulación tiene mayor probabilidad de desarrollarse de manera adecuada en los ámbitos de prácticas educativas, cuando en ellas hay afecto sostenedor y empático, melodías en estos ámbitos, pero acompañadas de un estilo de crianza con rutinas y límites, ni sobreprotectores ni humilladores.

-¿Tiene algún ejemplo que pueda servirnos para ilustrar esta situación?
En la década de 60, Walter Mischel, un profesor de psicología investigaba el comportamiento de niños de 4 a 6 años en la Nursery de la Universidad de Stanford. A los chicos los invitaban a una habitación con espejo unidireccional y se sentaban a jugar en una mesita acorde a su edad. De pronto le presentaban una golosina, que suponían les encantaba a los niños –malvaviscos-. El entrevistador les decía que tenía que salir a buscar algo y les explicaba antes de retirarse: que esas dos golosinas iban a ser de él/ella o incluso podrían elegir entre galletitas oreo o pretzels, siempre y cuando no tocaran las golosinas. Si las tocaban, o se comían una, perdían la posibilidad de ganarse algo luego de quince minutos. Participaron al comienzo unos 600 niños y se midió en base al llamado “retardo en la gratificación”, control de espera y control de impulsos. Se monitoreó a estos niños en edades más avanzadas y se encontró una correlación estadísticamente significativa entre la capacidad de control demostrada a los 4-6 años y mejores logros académicos y de relacionamiento social en la vida adulta. Pero lo más importante de este estudio (TEST DE MARSMALLOW de Mischel) es que cuando al niño le daban estrategias de control, mejoraba ampliamente el resultado.

-Una frase final…
Los hábitos que implican esperar para obtener el premio mejorarían la capacidad de autorregulación. En este sentido, el ahorro planificado entraría como comportamiento que contribuiría a desarrollar las capacidades de autorregulación. Espero que esta información les sea útil.

-Muchas gracias por su aporte, Dr. Gold.

El Dr Ariel Gold es médico psiquiatra de niños y adolescentes. Fue profesor adjunto de la Cátedra de Psiquiatría Pediátrica de la Facultad de Medicina, UDELAR y actualmente ejerce la vicepresidencia de la Sociedad de Psiquiatría Biológica del Uruguay.