Dos pies. Caminar, correr, subir, bajar. Siete días a la semana. ¿Cuántos pares de zapatos deberíamos tener? Y así con una lista interminable de items que consumimos diariamente. Y una vez consumidos y gastados pasan a formar parte de una montaña de desechos generados por nuestras distintas actividades. Menos consumo es más liviandad para el medio ambiente.

Consideramos imprescindible intercambiar estas nociones básicas de consumo responsable con nuestros hijos. Cuántas veces nos piden un par más de zapatos, un juguete más para la colección. Y cuántas veces evaluamos a fondo esa necesidad de consumo así como su disposición final, que cada día contamina más el mundo en el que vivimos. Cuando compartimos una cena en familia o un paseo de fin de semana, son temas que pueden ponerse sobre la mesa. Discutir los diferentes puntos de vista y entender que menos es más podrá ser de gran ayuda frente a una situación de consumo no responsable.

Sin dudas un mosquito puede arruinarnos una plácida noche de verano. De la misma forma un granito de arena aportado por nosotros también hace la diferencia. Confiemos que esas charlas familiares podrán transformar a nuestros hijos en consumidores responsables.