Tener un plan es fundamental. Cuando los adultos ahorramos estamos apartando dinero para un proyecto futuro, para generar un fondo de emergencia, para nuestro retiro, etc. Cuando nuestros hijos lo hacen es para cumplir un sueño y es primordial guiarlos. Una buena herramienta para acompañarlos en este proceso son las metas SMART (sigla en inglés), que nos recuerda que un objetivo debe ser eSpecífico, Medible, Alcanzable, Relevante y cumplido en un Tiempo determinado. La clave es que nuestros pequeños, a medida que apartan dineros para concretar sus sueños, aprendan a desarrollar este método.

Entonces, si ellos están separando para comprarse un juguete, primero los ayudaremos a identificar el juguete, describir sus características, qué sensaciones les hará disfrutar y dejar toda la información escrita y detallada. Paso seguido buscaremos medir este objetivo averiguando un valor de referencia de dicho ítem. Y tener en cuenta: siempre dejar todo por escrito, tendrá muchas más posibilidades de ser respetado y cumplido.

Y aquí agregamos una misión adicional: la investigación. ¿Nuevo o usado? ¿Esperamos la temporada de descuentos? Los invitamos a reflexionar y sumar preguntas que amplíen al Sherlock Holmes que llevamos dentro. Seguimos en la próxima columna para abordar las letras ART que nos faltaron. Y cuidado, esto no es un arte, es un hábito, cuanto antes lo aprendan y apliquen nuestros hijos, su vida financiera será más saludable.