Cuando tratamos el tema de las tareas hogareñas, nos encontramos con que no todos los padres se ponen de acuerdo en cuáles son las intrínsecas a los hijos y cuáles no. En este sentido, podríamos indicar al menos dos categorías de padres: los padres protectores en un extremo y por otro lado los padres educadores.

A los primeros, H. Gardner los denomina padres helicópteros, pues a cada problema o necesidad del niño, acuden a solucionarle todo. Por otro lado los padres educadores apuntan a que el niño desarrolle su autonomía, en mayor o menor grado, desarrollando sus habilidades más temprano o más tarde.

Al mismo tiempo, en estos núcleos familiares tendemos a ver familias que funcionan como equipos. Cuando los chicos han ido incorporando, mediante la guía y la educación de sus padres, habilidades que les permiten realizar tareas como tenderse su cama y ordenar su ropa, hay mayor equilibrio en el reparto de «lo que hay que hacer» y estos son buenos ejemplos a ser tomados por los más pequeños.